El Vinagrero, siempre fiel a sí mismo, sin renunciar a sus reseñas de identidad, ofreciendo la excelente calidad de su cocina tradicional y mediterránea, con su servicio esmerado y su irrenunciable apuesta cultural, encarna la entrañable hospitalidad de la ciudad alucinante y se adentra en el siglo XXI con el bagaje de la historia y con un equipaje cargado de ilusión.